viernes, 9 de noviembre de 2018

9/11/18

ENLACE: 
https://elpais.com/elpais/2018/11/06/buenavida/1541515598_824604.html




Este artículo trata sobre la falsa apariencia  con respecto a la venta de pan integral que consumimos los ciudadanos. 
Se basa en que la gente se guía por el aspecto de dicho tipo de pan,es decir, que al ver su exterior con pipas o al leer el etiquetado, por ejemplo ya es considerado pan integral y, no es así, pues diversos panes no están elaborados con el porcentaje adecuado de harina integral.
En diversas investigaciones realizadas en supermercados, se ha afirmado que el "100%" de pan  u otros productos integrales no contienen el por ciento dicho, si no que el porcentaje es reducido y el resto es pan de molde o refinado. Esto sucede porque la ley no precisa la proporción de grano entero que debe llevar los alimentos integrales, aunque se dice que se llevará acabo un proceso en el cual se tendrá en cuenta las propuestas dichas por la sección de artesanos para nivelar las porciones, al igual que otros países europeos.
 Este tipo de carbohidrato es muy importante, pues es muy vendido en la sociedad y, si este pan contuviera la porción de harina integral requerida,  muchos problemas relacionados con el organismo se reducirían, pues el grano entero causa gran variedad de efectos positivos para la salud, como alto nivel en fibra, diversas vitaminas....
 Según Mónica Bullo, propone "sustituir los refinados por el grano entero poco a poco", esto es porque nuestro gusto está normalmente acostumbrado a productos refinados,por lo que no aceptaría con facilidad a los productos con grano entero.

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